La Seda es una fibra de origen natural, considerada la reina de las fibras por su brillo y textura suave y lisa. Es una tela de muy buena absorción por lo que es muy cómoda en climas cálidos que a la vez puede mantener el aire caliente cerca de la piel en climas fríos. Pese a ser una de las fibras naturales más fuertes, también es una de las que requiere especial cuidado.
Lo ideal es lavarlas a mano (evitar el uso de lavadora). Usar agua fría o tibia, debido a la contextura de la fibra no es aconsejable frotarla con fuerza.
Se debe usar un jabón neutro (por ejemplo en el área de las axilas, recomendamos lavarlo con jabón de tocador en el lavamanos).
El momento del enjuague lo mejor es agregar unas gotitas de vinagre al agua para de esta manera matar bacterias que puedan producir mal olor, quitar manchas, conservar su brillo y color.
Si se la va a planchar, la plancha debe estar en temperatura baja, para de esta manera mantener su brillo y la intensidad del color. Al plancharla hacerlo con una tela encima y la prenda de seda debe estar al revés.
No usar cloro ni blanqueadores con las prendas de seda, pues arruinaría su tejido. Hay productos especializados para el lavado y cuidado de prendas de seda que se pueden adquirir con facilidad en supermercados.
Para el secado, es recomendable escurrirla con una toalla, no exprimir para no maltratar la fibra y nunca usar secadora. No exponerla al sol, secado en sombra o en medio de dos toallas dejándola secar al aire, de preferencia sin colgarla para que no se deforme, sino extendida sobre una superficie plana entre las toallas para que absorban el excedente de agua.
Lo ideal el momento de guardarla es que sea en un espacio limpio, seco y oscuro, su contacto excesivo al sol la deteriora así como las luces fluorescentes. No la rocíe con fijador de pelo, perfumen o desodorantes; el alcohol dañará la tela.
Imágenes de:
Seda: De David Shankbone - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1871640
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