La vida en adelante será diferente a como la conocíamos a inicios de este año, hemos tenido que habituarnos a una nueva realidad de la que nadie debe ser ajeno por su propia seguridad y la de todos quienes lo rodean. El distanciamiento, el correcto lavado de manos y el uso obligado de mascarillas es algo que debemos aceptar seguramente por un período todavía bastante largo.
El uso de las mascarillas, es por tanto uno de los accesorios para salir de casa que incorporamos a nuestra vestimenta diaria y pensando en el medio ambiente, así como en la economía, hemos creado nuestra línea de mascarillas reusables, que cumplen con todos los requerimientos sanitarios como son el perfecto equilibrio entre la filtración microbacteriana y la respirabilidad, cuentan además, con una doble capa de filtración de polipropileno de 4 mm. una capa de velo quirúrgico antialérgico interna y una capa externa de licrón de 75 gr, con doble agarradera para mejor sujeción, asegurando así la protección individual y de la comunidad.
Estas mascarillas, a la vez pueden complementarse como un accesorio de la imagen corporativa de las empresas y por qué no, como un accesorio de moda que combine con el outfit de turno.
El éxito de las mascarillas reusables bordadas va en aumento en la aceptación de las empresas, que entienden la necesidad de optimizar su presupuesto y reactivar sus actividades. También hay opciones más económicas como las sublimadas, que pueden tener una gran variedad de aplicaciones, pues al ser impresas sobre la tela, brindan la posibilidad de ser realmente creativos en sus diseños.
La mascarilla se vuelve así un elemento visual de primer impacto para el público, y su comercialización es una tendencia en crecimiento innegable así como la innovación y las necesidades que se va descubriendo en el mercado, como es la personalización. Es así por ejemplo que en algunos lugares se opta por hacer de la mascarilla un identificador de su portador, puesto que al cubrir parte de su rostro, al tener el nombre (por ejemplo), se sabe quien está detrás de ella; también al tener el logo de la empresa se puede saber quienes son trabajadores y quienes clientes.
Pero la moda no se queda atrás, y así se demostró a inicio de julio, cuando en menos de un día, se agotaron medio millón de mascarillas lanzadas por la famosa diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, con tres diseños exclusivos, pero sobre todo con una promesa de ayuda social a las familias más afectadas por la pandemia. También está el caso del argentino Lautaro Cersósimo que en el 2013 tuvo la visión de hacer mascarillas reusables como complemento de la ropa del día a día (en ese entonces con un enfoque de protección contra la polución ambiental), y que durante siete años tuvo que luchar muy duro para mantener "esa loca idea" a flote, pero que en 2020, fue el único que estuvo preparado para enfrentar la repentina y creciente demanda.
Todo esto sin contar firmas que entienden de moda y tendencias como Chanel, Jean-Paul Gaultier, Gucci, Louis Vouitton o Fendi han lanzado sus propias mascarillas o firmas como Mango, Benetton, Parfois, o G-Star. Y, cómo no, también las marcas deportivas, como Adidas, Reebok, o Nike. Esta moda no es ajena a la farándula, por ejemplo, Miley Cyrus fue vista con una de Gucci y Nicky Jam mostró en su instagram una divertida mascarilla con el estampado de una sonrisa con un puro; Billie Eilish lució una mascarilla de Gucci en los Grammy en enero, que sin tener que ver con COVID-19, fue premonitorio. Ariana Grande, Justin Bieber o Imagine Dragons se han sumado a la iniciativa We’ve got you covered para recaudar fondos para la industria discográfica, gravemente afectada por la crisis sanitaria, vendiendo mascarillas.